Alethia Archilee
Durante varias semanas he visto circular en las redes sociales este interesante video que habla sobre un hombre de clase trabajadora que anhela congraciarse con una bella mujer que lo desprecia.
Como se puede observar en el cortometraje, el galán se inventa una personalidad acaudalada que logra comprar la atención de esta fémina quién accede a tener un idilio con él.
El video ha llamado mi atención porque es una ejemplificación clara de una creencia promovida por cierto tipo de distorsiones cognitivas basadas en clichés que indican que el atractivo de los hombres se encuentra determinado por su capacidad adquisitiva y el de las mujeres está sustentado en su belleza exterior. Este tipo de dogma puede afectar de sobremanera la percepción saludable del sexo opuesto, mermando las aptitudes para relacionarse con gente que les valore de forma integral.
Para poder reestructurar una creencia errada lo primero es dilucidar de donde proviene, por tanto echaremos un vistazo al pasado tomando como referencia el interesante libro Historia del matrimonio de Coontz-Stephanie en donde se expone que el relacionamiento marital ha evolucionado a través del tiempo pasando por varias etapas que van desde la división del trabajo por roles y géneros, el interés sexual, genético, económico y político, hasta culminar en la libertad de elección del/a compañer@ de vida por amor.
Analizando este proceso de evolución y las vicisitudes aunadas a él dentro de las cuales las mujeres en todos los capítulos estuvieron en desventaja con respecto a las libertades y derechos otorgados a sus opuestos, se puede entender que tuvieron que desarrollar artilugios de supervivencia basados en la manipulación y el desarrollo de sus encantos corporales más que en su inteligencia, ya que lo primero era valorado y lo segundo reprimido e incluso castigado.
Con la liberación femenina el panorama cambió sin embargo hoy día las reminiscencias del pasado siguen afectando de manera inconsciente el comportamiento de buena parte de la sociedad que se encuentra en un proceso ambivalente que oscila entre el deseo de equidad en la teoría y el actuar basado en los viejos patrones conductuales. Evolucionar estas conceptuaciones es responsabilidad de ambos géneros por tal razón es importante entender la segmentación de los comportamientos:
LA RESPONSABILIDAD DE LA MUJER
Después de siglos y siglos de injusticias hacia las féminas y gracias a que millones de estas trabajaron de manera incansable para lograr acceder a lo que como seres humanos dignos les corresponde, en el presente una considerable cantidad de mujeres tienen el control de su vida determinado por la capacidad de elección libre, plena y consciente.
Sin embargo esta nueva libertad en muchos casos resulta abrumadora y es desechada en pro de la comodidad de la no responsabilidad, el “complejo de cenicienta” término acuñado por la periodista y escritora del libro con el mismo nombre Colette Dowling expone y desenmascara por medio de su experiencia y la observación de sus congéneres, de qué manera algunas damas gozan de los privilegios del feminismo sin querer tomar las responsabilidades inherentes a estos; menciona también la gran cantidad de desventajas a las que se someten ya que al ceder su poder a su pareja terminan anulándose a sí mismas y en gran parte de los casos también pierden a la larga su relación.
LA CAPACIDAD DE LA MUJER PARA SER AUTOSUFICIENTE
La buena noticia es que cada vez son más las mujeres que desean reconocerse como seres humanos capaces de aportar algo más que sopas y ropa planchada; la mujer contemporánea está descubriendo una nueva forma de vida basada en la autorrealización personal y laboral. La dinámica de las nuevas “princesas” indica que ya no quieren ni necesitan ser rescatadas porque el disfrute de reconocerse como seres autosuficientes es mucho más placentero que vivir bajo la sombra de su compañero.
LA RESPONSABILIDAD DEL HOMBRE
El hombre como cabeza de familia y de la sociedad ha gozado de múltiples beneficios otorgados por el sometimiento de la mujer. En el pasado este no era cuestionado debido a que de él dependía el sustento y protección familiar y todas las decisiones que tomara eran acatadas sin chistar. El nuevo varón tiene que lidiar también con nuevas pautas para adecuarse a los cambios que le indican que ahora debe no solamente respetar la dignidad de las mujeres, sino que además tiene que compartir el poder con ellas.
La adaptación al cambio está abogada por su autoestima ya que esta es la que le indicará sus capacidades para lidiar con la nueva encomienda; como dice Héctor Abad en su Elogio a la mujer brava si el hombre logra amarrar y poner bajo control a su parte machista entonces descubrirá que las ventajas ofrecidas por la liberación femenina son mucho mayores porque por fin se pueden dar las relaciones en equidad donde él ya no es culpable de todo lo que le suceda a la mujer puesto que esta es capaz de hacerse cargo de sí misma y ella tampoco está obligada a complacer a nadie, quitándole un injusto peso de encima a ambas partes.
COMO SUPERAR EL DOBLE DISCURSO
La promesa del príncipe azul sigue siendo sumamente atractiva para algunas partes del cerebro de ambos sexos ya que este está condicionado de manera generacional a someterse a criterios de comportamiento que responden de forma instantánea a los estímulos externos.
Tales consignas pueden ser contrarrestadas con una clara conciencia de que aunque existen adagios sociales como los delatados por el fenomenal Gilles Lipovetsky en su libro La tercera mujer donde detecta que en el presente la división por género le sigue exigiendo a la mujer ser bella y al hombre poderoso, cada ser puede decidir cómo elegir cuales son los cimientos que desea forjar para construir una relación y que es lo que puede ofrecer.
LA ELECCIÓN SALUDABLE DE LA PAREJA BASADA EN EL AMOR
En la actualidad el sentimiento que mueve al mundo tiene una gran cantidad de acepciones en su definición determinadas por los esquemas individuales y colectivos asentados en el inconsciente, por esta razón es sustancial establecer cuales son los parámetros de elección para poder identificar de manera personal quién se adecua a los requerimientos pero sobre todo para clarificar si los mensajes enviados son congruentes con estos deseos.
RECIBES LO QUE OFRECES
En mi observación empírica de algunos hombres que se quejan de las mujeres que los valoran por su capacidad económica, he notado esa peculiar característica que menciona Lipovetsky que creo es el factor que determina lo que reciben: toman en cuenta solamente el aspecto físico de sus prospectas rechazando de manera tácita (e incluso agrediendo) a cualquier mujer que no cumpla con sus esquemas frívolos y limitantes.
Muestran de manera persistente su poder adquisitivo (los que pueden y los que no se quejan de que como no lo tienen por eso son rechazados); paradógicamente su capacidad dativa es ínfima y esta está invariablemente condicionada a recibir algo a cambio que sopese el "gran" esfuerzo que hacen; además generalmente tienen un precario concepto sobre quiénes son, su autovaloración y autoconocimiento es exiguo y como no se estiman ni a sí mismos ni a los demás por ende tampoco son apreciados.
Lo mismo sucede con las mujeres que solo ofrecen el exterior y su sexualidad, también son partícipes de este intercambio insensato y destructivo que expone las deformaciones psicológicas antes mencionadas, por eso dicen por ahí que siempre hay un roto para un descosido.
LA CLAVE DE UNA ADECUADA ELECCIÓN, EL AMOR PROPIO
Aludiendo al ejemplo del video el joven carpintero estaba encaprichado con un ser bello que le había rechazado de manera radical, un hombre con buena autoestima y más inteligencia se hubiera retirado en vez de involucrarse en un juego de poder basado en mentiras y manipulación. Esto da en la clave sobre el augurio en el éxito en las relaciones, el amor propio.
Un hombre saludable (o una mujer) al contar con más recursos interiores puede afrontar cualquier decepción valorando de manera individual cada circunstancia, tomando su responsabilidad en lo sucedido y aprendiendo de cada experiencia, logrando discernir como se dice coloquialmente que no es sano hacer pagar a justos por pecadores y reconsiderando sus elecciones a posteriori.
LA BELLEZA Y EL DINERO ¿ESTÁN PELEADOS CON EL AMOR?
La atracción física en pareja es básica para relacionarse, pero cuando esta no trasciende en la búsqueda de valores más elevados entonces se torna fría y superficial. De igual manera el ponderar el poder adquisitivo como reflejo de las capacidades de materialización y empuje por medio del trabajo es válido siempre y cuando este no sea el único factor. Porque al fin y al cabo la belleza se acaba y el dinero va y viene, pero la solidaridad, el compromiso, el compañerismo, el tesón y la paciencia son a la larga lo que sostiene al verdadero amor.
Para poder elegir una pareja acorde a tus deseos y con mayor facilidad puedes responder las siguientes incógnitas:
¿Qué es el amor para mí y cuales son mis límites?
¿Qué estoy dispuesto a ofrecer y a que le doy prioridad?
¿Qué tan buena es mi autoestima (autovalor, autoconfianza, seguridad, etc.)?
¿Cómo puedo hacer para encontrar lo que deseo?
¿Dónde estoy buscando?
Definir las pretensiones saludable y asertivamente profetiza mucho mayor éxito porque cuando sabes lo que quieres entonces puedes decidir que camino optar.
ALGUNOS ARTÍCULOS INTERESANTES
Si quieres saber más sobre el tema te recomiendo los siguientes links:
Para identificar cuando el interés es solo en la billetera:
http://naxoseduccion.blogspot.mx/2011/03/huyendo-de-las-mujeres-interesadas.html
El elogio a la mujer brava de Héctor Abad
https://docs.google.com/document/d/1UFZGhXpbCuP1nrdpsL7vO5kYmQfqdiwRgAfLSgIniws/edit?pli=1
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