BELLEZA VS INTELIGENCIA Y SU ADECUADA UTILIZACIÓN EN LA MODA

 

Hace algún tiempo existía un programa de televisión en VH1, llamado “El modelo más inteligente” (“America’s Most Smartest Model”), donde de manera grotesca expo

nían a gente anatómicamente atractiva dentro de un concurso, para demostrar que tanto interfería su belleza con sus capacidades cognitivas. El programa fue un claro ejemplo de la idea generalizada que se tiene sobre la belleza y su incompatibilidad con la inteligencia.

Fotografía: http://ilovetv2.blogspot.mx/2010/04/los-mas-inteligentisimos-modelos-las.html

 

Desde su inicio, la moda ha estado fuertemente ligada a la belleza; la mayor parte de las veces busca contribuir al fortalecimiento de esta. Es innegable que el manejo de la belleza dentro de nuestro ámbito, ha ayudado a generar ciertos clichés que en la actualidad tienden a ser obsoletos, como por ejemplo que “las rubias son tontas” o que “los modelos carecen de cerebro”. Estas son atribuciones subjetivas que debemos discernir para poder formarnos un punto de vista mucho más objetivo y libre de prejuicios.

Fotografía:http://es.123rf.com/photo_5717421_doll-como-modelo-posando-como-rubia-tonta.html

El concepto de belleza, ha variado conforme a tiempo, lugar y circunstancia. Si echamos un vistazo al pasado, podemos observar que en ciertas culturas, ésta era asociada a la fecundidad. Según Desmond Morris, en su libro La mujer desnuda (2005), las féminas de cadera ancha y cintura estrecha eran más atractivas debido a que esto se consideraba como un indicador de fortaleza física para procrear. En otros tiempos, las personas rollizas eran las más hermosas; a finales de los noventas y principios del siglo XXI, las mujeres con la piel pegada a los huesos se supone eran las más atractivas.

 

Fotografía: http://renacimientoitaliano20.blogspot.mx/

Además de la cuestión física, otro tipo de atribuciones han acompañado a la belleza a través de la historia.

Fotografía:http://esprituycuerpo.blogspot.mx/2011/07/genero-y-politicas-de-identidad.html

 

Gilles Lipovetsky, en su libro La tercera mujer (1999) indica: “tanto en Grecia como en las demás civilizaciones antiguas, la hermosura femenina siempre conlleva resonancias negativas… Para los griegos, la mujer es una terrible plaga instalada entre los hombre mortales, un ser hecho de ardides y de mentiras, un peligro temible que se oculta bajo los rasgos de la seducción. También la tradición judeocristiana se caracterizó por poner en el índice la belleza femenina. Si bien en el génesis no se especifica nada en relación con la hermosura de Eva, parece que fue gracias a sus encantos como logró precipitar a Adán por la vía del pecado”, sin embrago y según Dorothy Schefer (2000),en el libro La belleza del siglo, los cánones femeninos en el siglo XX, se arguye que a partir del Renacimiento “la belleza ha dejado de ser sinónimo de traición, para cumplir con la vocación que Dios le ha asignado, hoy tiene el deber de ser hermosa y atractiva”; lo exterior e interior pierden la línea que los separa y se convierten en sinónimo.

Fotografía: http://www.elarsenal.net/2011/10/15/15-cosas-que-no-sabias-de-marilyn-monroe/

 

Retomando a Lipovetsky, “Hasta el siglo XVIII domina la concepción tradicional, cuya característica fundamental es no separar la belleza física de las virtudes morales. En la concepción moderna… la belleza no se relaciona con nada salvo consigo misma, se concibe como una cualidad física pura que sólo posee un valor estético y sexual”. A partir de entonces, surge el concepto de belleza vs inteligencia; Marilyn Monroe, la rubia despampanante amante de Kennedy, es el ejemplo perfecto de tal disociación.

Coincido con el punto de vista de Lipovetsky al argumentar que este concepto se sigue sosteniendo debido a que, mientras al varón se le ha demandado éxito y poder, la sociedad le sigue exigiendo a la mujer belleza ante todo.

 

Un claro ejemplo es la entrevista que les realizan a Camila Vallejo y Karol Cariola, en la televisión chilenahttp://noticiasmontreal.com/33912/la-revolucionaria-glamorosa-dice-el-new-york-times-sobre-la-dirigente-estudiantil-chilena-camila-vallejo/, en la que a la primera la denominan como “la revolucionaria más 

glamorosa del mundo” en referencia al artículo de Francisco Goldman (TheWorld’s Most Glamorous Revolutionary) que apareció en la revista del New York Times, y que trato sobre la líder estudiantil chilena que persigue la educación gratuita en su país. En el artículo se le compara con una belleza de Botticelli y en la entrevista se la enfrenta a Karol (Secretaria General de las Juventudes Comunistas de Chile),

 

Fotografía: http://www.theclinic.cl/2012/04/16/camila-vallejo-y-karol-cariola-con-el-tio-jesse/

 

interpelándole sobre quién es más bonita de las dos, desviando el tema central sobre las experiencias políticas y el encuentro que sostuvieron con Fidel Castro. Camila con una microexpresión responde demostrando su molestia y Cariola arguye que “lo importante son las ideas… la apariencia física es una cosa sumamente secundaria… las capacidades están demostradas”  http://www.youtube.com/watch?v=0n_8EnkcvEs.

Lo anterior deja en claro que aún se da mayor importancia a la imagen que a la inteligencia. Esto afecta principalmente a las mujeres pero no excluye a los varones, como se vio en la campaña del presidente electo en nuestro país.

La moda ha sido cómplice de lo anterior al fomentar este tipo de valoración superficial. La exigencia hacia los seres humanos que trabajan modelando ropa a veces raya en la crueldad: se les solicitan dietas estrictas y perfección ante todo; venden utopías a un precio muy alto no solamente para ellos, sino para toda la sociedad, en especial para los menores que no alcanzan a definir la diferencia entre realidad y fantasía.

 

Fotografía:http://www.dietasexy.com/dietas-famosas/kate-moss.php

 

Algunos diseñadores como Martin Margiela, han tenido la osadía de romper con los esquemas tradicionales al presentar sus creaciones con personas comunes y corrientes en alguna de sus pasarelas. Sin embargo, en general en el mundo de la moda, en ningún momento se prioriza o equilibra la importancia del pensar, del ser y de la realización personal.

Es en este punto donde nos corresponde discernir cuál es nuestro papel como diseñadores. ¿Cómo sería una moda que fomentara además de la belleza como valor universal, a la auto-aceptación? En donde se hablara más de quién se es y no de quién se pretende ser, ¿Qué pasaría si con nuestras creaciones ayudáramos a nuestro consumidor a sentirse bien consigo mismo sin enviarle el mensaje implícito de insuficiencia?.

Fotografía: http://www.fondosok.com/recortar/1424/modelo-megan-fox_800x600.html

Quizá cambiar la dinámica que acompaña a nuestra profesión en este aspecto sea misión imposible de momento, debido a la estructura imperante. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es reconocer, cuándo es adecuado separar belleza e inteligencia, o cuando es necesario unificarlas. Esto dependerá del contexto y de su aplicación apropiada, ya que, de manera más general, podemos argüir que si se está buscando la imagen de una marca y el requisito es que la persona que la represente cumpla con ciertos cánones, Megan Fox, resulta ideal; pero si se esperan soluciones a las problemáticas sociales de la juventud, Camila Vallejo vale para esas acciones por su intelecto. Independientemente de que ambas tengan belleza e inteligencia, una no excluye a la otra sino que las reconcilia de manera objetiva: encajar o no con los patrones establecidos no define a las personas porque, como dice mi querido profesor de ética Amador Gutiérrez Gallo, al final son los hechos los que cimientan la personalidad.

 

Así que, al igual que un cuadro de Da Vinci o uno de Pablo Picasso,  que bajo los parámetros de la corriente artística a la que pertenecen, son perfectos, los seres humanos somos todos obras de arte por el simple hecho de ser únicos e irrepetibles; compartimos la misma dignidad y aunque existan unos con atributos estéticos e intelectuales más marcados que otros, al final, cada uno a su manera, somos perfectos también.

 

Desde mi perspectiva, no importa que tan bello o inteligente se es; al final lo relevante es qué haces con lo que tienes y cómo contribuyes con la sociedad: si usas la belleza o la inteligencia de manera constructiva entonces ya vamos de gane.

 

Tal vez como diseñadores de moda, podamos poco a poco enfatizar más en el ser auténtico, que en el parecerse a… seguramente de esta manera podríamos cooperar para que la moda tome un camino mucho más sano para todos.

¿Y tú, diseñador, como piensas manejar la belleza e inteligencia?

 

Escribir comentario

Comentarios: 0