¿Qué es el empoderamiento sensitivo?

El empoderamiento sensitivo es una habilidad que reconoce, gestiona y canaliza las emociones para promover el empoderamiento de la energía femenina.

 

ARCHIC es la marca que promueve el empoderamiento sensitivo, creando bienestar intra e interpersonal a través de la educación emocional.

 

LA RANA EMPODERADA

Por: Alethia Archilee

 

-     A toda rana le llega el tiempo de crecer y prepararse para el futuro. Le dijo su abuela por teléfono a una pequeña ranita de nombre Samara. Tendrás que casarte con un príncipe maravilloso, como todas las princesas de esta familia y para ello tendrás que asistir a la mejor institución de Ranilandia. Yo misma te hice la cita para conocer Ranisburgo.

-          ¿Iré a Ranisburgo abuela? Es carísimo.

-          Sí mi pequeña nietecita, irás al campamento en donde las más bellas y simpáticas ranitas que habitan en el paraje, estudian el difícil arte de ser una rana complaciente.

-          ¿Una rana complaciente? ¿Qué es eso? Le preguntó Samara a su madre.

 

 

-          Es todo lo que yo no soy, le respondió en voz baja, mientras se reía entre dientes.

La abuela le había dicho que era una tradición familiar haber asistido a tan prestigioso campamento, ella misma era una reconocida egresada del lugar donde las buenas costumbres y el porte elaborado, engalardonaban a aquellas que eran aceptadas.

 

La escuela contaba con unas instalaciones de primera, hasta tenían un estanque climatizado donde todos los días las nuevas estudiantes eran instruidas para solamente nadar en la superficie.

-          Mira mamá el estanque, tiene el agua calientita, exclamó Samara entusiasmada mientras hacían el recorrido introductorio. La joven nunca había entendido porque en casa siempre se utilizaba agua fría.

 

-          Que bellas se ven las ranas nadando boca arriba, pensó la joven mientras escuchaba que todas entonaban al ritmo de sus movimientos el siguiente estribillo:

 

Mirando hacia el cielo y tomando el sol

Anhelo a mi príncipe encantador,

Una media naranja que me haga sentir

 

Que tengo razones para existir.

La instructora mejor calificada, se encargaba de acompañar a las candidatas en el recorrido.

-           Nuestras egresadas son ranitas complacientes y adecuadas, aquí les enseñamos a las estudiantes a maquillar los rasgos desagradables, para procurar mostrar lo mejor de cada una.  Veo potencial en esos ojos- recalcó - te enseñaremos a cubrirlos adecuadamente para evitar que se vean tan saltones.

-          ¿Mis ojos son saltones? Expresó preocupada la ranita.

-          Igual que los míos, recalcó la mamá

-    Y tu croar demasiado chillante, pero no te preocupes que para eso estás aquí. Una de las habilidades más importantes en Ranilandia, es saber cómo no saltar muy alto. Es bien sabido que una rana bien portada sabe mover sus anquitas de forma graciosa, armónica y agradable.

 

 

-          Esta escuela es muy rara, le dijo Samara al oído a su mamá, mientras se reían en complicidad.

Hasta ese momento la chica no se había preocupado por el tamaño de sus ojos, el sonido de su croar o su forma de saltar. 

 

 

-          Las ranitas instruidas saben cómo preparar platillos exquisitos y saludables para conquistar a los estómagos más exigentes.

-          Si aprendes a cocinar, podrás encontrar a tu príncipe rano, expresó con un dejo de sarcasmo su madre mientras la instructora las miraba con aires de desaprobación.

-          Tenemos un gran éxito con nuestras egresadas, bueno con casi todas, arguyó la instructora con algo de desprecio en su voz.

La mamá de Samara también era una graduada del entrenamiento, de esas que aparecían en las últimas páginas del anuario y nunca eran invitadas a los reencuentros.

 

 

Al salir del recorrido, Samara no pudo evitar preguntarse porque razón, a su madre nunca le gustó ese lugar. Parecía un poco extraño, pero todas se veían tan contentas y llenas de esperanza.

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